Carlos Alberto Ruiz (artículo extraido de rebelíón, 3-1-2008, para leer compleo pinchar abjo en la página d rebelión.
Tarde del 30 de diciembre de 2008: 1.750 personas heridas, destrucción por doquier, 365 muertos en Gaza en cuatro días. Pero 365 días al año violada. Llegó un día de junio, hace apenas seis meses, en la larga historia de 60 años de ignominia, cuando entre el violador que no cesaba de profanar y la mujer profanada se anunció una tregua. El violador continuaba con su repugnante masa ocupante sobre la mujer herida y cercada, y ésta, inmóvil y resistente, con su dignidad entera, limitadamente podía apartar crasos dedos de un cuerpo invasor. Gaza lanzaba, y descarga hoy, sus espasmos defensivos. Para Israel su vil regodeo, el cual reviste de seguridad. Para la parte ocupada y débil el desastre (Al Nakba). Y el grito de su legítima defensa. Una tregua así, sin suspensión de la troncal e infame agresión, sino sólo de algunos de los arrebatos criminales, no era en estricto sentido más que una pausa y un aplazamiento. Entre tanto el violador se reanimaba entre la sangre y el dolor de su víctima.
Este símil es pobre. Es mínimo. Pero trata de ser fiel, aunque no describa la profundidad de ese drama, al que con razón podríamos llamar apartheid, castigo colectivo, limpieza étnica, racismo, genocidio, terrorismo de Estado. Ninguna parábola es enteramente justa o cabal con la realidad del sufrimiento innegable, mucho más trágica de lo que podamos pensar. ..
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