viernes, 9 de diciembre de 2016

¡Te sacaré de aquí, abuelo!




Recuperando la Memoria Histórica. Recuperando nuestra Historia.

Un documental de Montse Armengou y Ricard Belis

Trabajo de Montse Armengou y Ricard Belis que aborda la lucha de varias personas para sacar los restos de sus familiares del Valle de los Caídos. Un monumento único en el mundo, tanto por sus dimensiones como por sus vinculaciones con la dictadura. Tuvo un 17,3% de cuota, un éxit de audiencia, el mejor resultado de la temporada.



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Artículo sobre el documental de la escritota ROSA REGÁS


jueves, 8 de diciembre de 2016

Agricultura, campos y campesinos en la Pintura de Van Gogh




La Agricultura en la Historia de la Pintura y el Arte. 

Agricultura, campos y campesinos en la Pintura de Van Gogh













domingo, 27 de noviembre de 2016

Fidel Castro. Textos de Gabriel García Marquez y Eduardo Galeano

Fidel Castro.
 Textos de Gabriel García Marquez y Eduardo Galeano.




Fidel . Eduardo Galeano.

Sus enemigos dicen que fue rey sin corona y que confundía la unidad con la unanimidad.
Y en eso sus enemigos tienen razón.
Sus enemigos dicen que si Napoleón hubiera tenido un diario como el “granmma”, ningún francés se habría enterado del desastre de Waterloo.
Y en eso sus enemigos tienen razón.
Sus enemigos dicen que ejerció el poder hablando mucho y escuchando poco, porque estaba más acostumbrado a los ecos que a las voces.
Y en eso sus enemigos tienen razón.
Pero sus enemigos no dicen que no fue por posar para la Historia que puso el pecho a las balas cuando vino la invasión, que enfrentó a los huracanes de igual a igual, de huracán a huracán, que sobrevivió a 637 atentados, que su contagiosa energía fue decisiva para convertir una colonia en patria, y que no fue por hechizo de Mandinga ni por milagro de Dios que esa nueva patria pudo sobrevivir a 10 presidentes de los estados unidos, que tenían puesta la servilleta para almorzarla con cuchillo y tenedor.
Y sus enemigo no dicen que Cuba es un raro país que no compite en la copa mundial del felpudo.
Y no dicen que esta revolución, crecida en el castigo, es lo que pudo ser y no lo que quiso ser. Ni dicen en gran medida el muro entre el deseo y la realidad fue haciéndose mas alto y mas ancho gracias al bloqueo imperial, que ahogó el desarrollo de una democracia a la cubana, obligó a la militarización de la sociedad y otorgó a la burocracia, que para cada solución tiene un problema, las coartadas que necesita para justificarse y perpetuarse.

Y no dicen que a pesar de todos los pesares, a pesar de las agresiones de afuera y de las arbitrariedades de adentro, esta isla sufrida pero porfiadamente alegre ha generado la sociedad latinoamericana menos injusta.
Y sus enemigos no dicen que esa hazaña fue obra del sacrificio de su pueblo, pero también fue obra de la tozuda voluntad y el anticuado sentido del honor de este caballero que siempre se batió por los perdedores, como aquel famoso colega suyo de los campos de Castilla.-
(Extraído del libro de Eduardo Galeano “Espejos”(una historia casi universal)


Gabriel García Márquez. El Fidel Castro que yo conozco

El Fidel Castro que yo conozco su devoción por la palabra. Su poder de seducción. Va a buscar los problemas donde estén. Los ímpetus de la inspiración son propios de su estilo. Los libros reflejan muy bien la amplitud de sus gustos. Dejó de fumar para tener la autoridad moral para combatir el tabaquismo. Le gusta preparar las recetas de cocina con una especie de fervor científico. Se mantiene en excelentes condiciones físicas con varias horas de gimnasia diaria y de natación frecuente. Paciencia invencible. Disciplina férrea. La fuerza de la imaginación lo arrastra a los imprevistos. Tan importante como aprender a trabajar es aprender a descansar.

Fatigado de conversar, descansa conversando. Escribe bien y le gusta hacerlo. El mayor estímulo de su vida es la emoción al riesgo. La tribuna de improvisador parece ser su medio ecológico perfecto. Empieza siempre con voz casi inaudible, con un rumbo incierto, pero aprovecha cualquier destello para ir ganando terreno, palmo a palmo, hasta que da una especie de gran zarpazo y se apodera de la audiencia. Es la inspiración: el estado de gracia irresistible y deslumbrante, que sólo niegan quienes no han tenido la gloria de vivirlo. Es el antidogmático por excelencia. 

José Martí es su autor de cabecera y ha tenido el talento de incorporar su ideario al torrente sanguí- neo de una revolución marxista. La esencia de su propio pensamiento podría estar en la certidumbre de que hacer trabajo de masas es fundamentalmente ocuparse de los individuos

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sábado, 26 de noviembre de 2016

FIDEL CASTRO. Ignacio Ramonet. Le Monde Diplomatique


FIDEL CASTRO. Ignacio Ramonet.

Le Monde Diplomatique

El Fidel que conocí


Fidel ha muerto, pero es inmortal. Pocos hombres han conocido la gloria de entrar vivos en la leyenda y en la historia. Fidel es uno de ellos. Perteneció a esa generación de insurgentes míticos –Nelson Mandela, Patrice Lumumba, Amilcar Cabral, Che Guevara, Camilo Torres, Turcios Lima, Ben Barka– que, persiguiendo un ideal de justicia, se lanzaron, en los años 1950, a la acción política con la ambición y la esperanza de cambiar un mundo de desigualdades y de discriminaciones, marcado por el comienzo de la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos.

En aquella época, en más de la mitad del planeta (en Vietnam, en Argelia, en Guinea-Bissau), los pueblos oprimidos se sublevaban. La humanidad aún estaba entonces, en gran parte, sometida a la infamia de la colonización. Casi toda África y buena parte de Asia se encontraban todavía dominadas, avasalladas por los viejos imperios occidentales. Mientras tanto, las naciones de América Latina, independientes en teoría desde hacía siglo y medio, seguían explotadas por privilegiadas minorías, sometidas a la discriminación social y étnica, y a menudo marcadas por dictaduras cruentas, amparadas por Washington.

Fidel soportó la embestida de nada menos que diez presidentes estadounidenses (Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo). Tuvo relaciones con los principales líderes que marcaron el mundo después de la Segunda Guerra Mundial (Nehru, Nasser, Tito, Jrushov, Olof Palme, Ben Bella, Boumedienne, Arafat, Indira Gandhi, Salvador Allende, Brezhnev, Gorbachov, François Mitterrand, Juan Pablo II, el rey Juan Carlos, etc.). Y conoció a algunos de los principales intelectuales y artistas de su época (Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Arthur Miller, Pablo Neruda, Jorge Amado, Rafael Alberti, Guayasamín, Cartier-Bresson, José Saramago, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Noam Chomsky, etc.).
Bajo su dirección, su pequeño país (100.000 km2, 11 millones de habitantes) pudo conducir una política de gran potencia a escala mundial, echando hasta un pulso con Estados Unidos, cuyos dirigentes no consiguieron derribarlo, ni eliminarlo, ni siquiera modificar el rumbo de la Revolución cubana. Y finalmente, en diciembre de 2014, tuvieron que admitir el fracaso de sus políticas anticubanas, su derrota diplomática e iniciar un proceso de normalización que implicaba el respeto del sistema político cubano.
 En octubre de 1962, la Tercera Guerra Mundial estuvo a punto de estallar a causa de la actitud del Gobierno de Estados Unidos, que protestaba contra la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba. Su función era, sobre todo, impedir otro desembarco militar como el de Playa Girón (bahía de Cochinos) u otro directamente realizado por las Fuerzas Armadas estadounidenses para derrocar la revolución cubana.



Desde hace más de 50 años, Washington (a pesar del restablecimiento de las relaciones diplomáticas) le impone a Cuba un devastador embargo comercial –reforzado en los años 1990 por las leyes Helms-Burton y Torricelli– que obstaculiza su desarrollo económico normal. Con consecuencias trágicas para sus habitantes. Washington sigue conduciendo, además, una guerra ideológica y mediática permanente contra La Habana a través de las potentes Radio “Marti” y TV “Marti”, instaladas en Florida para inundar a Cuba de propaganda como en los peores tiempos de la Guerra Fría.
Por otra parte, varias organizaciones terroristas –Alpha 66 y Omega 7–, hostiles al régimen cubano, tienen su sede en Florida, donde poseen campos de entrenamiento y desde donde enviaron regularmente, con la complicidad pasiva de las autoridades estadounidenses, comandos armados para cometer atentados. Cuba es uno de los países que más víctimas ha tenido (unos 3.500 muertos) y que más ha sufrido del terrorismo en los últimos sesenta años.
Ante tanto y tan permanente ataque, las autoridades cubanas han preconizado, en el ámbito interior, la unión a ultranza. Y han aplicado a su manera el viejo lema de San Ignacio de Loyola: “En una fortaleza asediada, toda disidencia es traición”. Pero nunca hubo, hasta la muerte de Fidel, ningún culto de la personalidad. Ni retrato oficial, ni estatua, ni sello, ni moneda, ni calle, ni edificio, ni monumento con el nombre o la figura de Fidel, ni de ninguno de los líderes vivos de la Revolución.
Cuba, pequeño país apegado a su soberanía, obtuvo bajo la dirección de Fidel Castro, a pesar del hostigamiento exterior permanente, resultados excepcionales en materia de desarrollo humano: abolición del racismo, emancipación de la mujer, erradicación del analfabetismo, reducción drástica de la mortalidad infantil, elevación del nivel cultural general… En cuestión de educación, de salud, de investigación médica y de deporte, Cuba ha obtenido niveles que la sitúan en el grupo de naciones más eficientes.
Su diplomacia sigue siendo una de las más activas del mundo. La Habana, en los años 1960 y 1970, apoyó el combate de las guerrillas en muchos países de América Central (El Salvador, Guatemala, Nicaragua) y del Sur (Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina). Las Fuerzas Armadas cubanas han participado en campañas militares de gran envergadura, en particular en las guerras de Etiopía y de Angola. Su intervención en este último país se tradujo en la derrota de las divisiones de elite de la República de Sudáfrica, lo cual aceleró de manera indiscutible la caída del régimen racista del apartheid.
La Revolución cubana, de la cual Fidel Castro era el inspirador, el teórico y el líder, sigue siendo hoy, gracias a sus éxitos y a pesar de sus carencias, una referencia importante para millones de desheredados del planeta. Aquí o allí, en América Latina y en otras partes del mundo, mujeres y hombres protestan, luchan y a veces mueren para intentar establecer regímenes inspirados por el modelo cubano.
La caída del muro de Berlín en 1989, la desaparición de la Unión Soviética en 1991 y el fracaso histórico del socialismo de Estado no modificaron el sueño de Fidel Castro de instaurar en Cuba una sociedad de nuevo tipo, más justa, más sana, mejor educada, sin privatizaciones ni discriminaciones de ningún tipo y con una cultura global total.

Hasta la víspera de su fallecimiento a los noventa años, seguía movilizado en defensa de la ecología y del medio ambiente y contra la globalización neoliberal, seguía en la trinchera, en primera línea, conduciendo la batalla por las ideas en las que creía y a las cuales nada ni nadie le hizo renunciar.
En el panteón mundial consagrado a aquellos que con más empeño lucharon por la justicia social y que más solidaridad derrocharon a favor de los oprimidos de la Tierra, Fidel Castro –le guste o no a sus detractores– tiene un lugar reservado.

Lo conocí en 1975 y conversé con él en múltiples ocasiones, pero, durante mucho tiempo, en circunstancias siempre muy profesionales y muy precisas, con ocasión de reportajes en la isla o la participación en algún congreso o algún evento. Cuando decidimos hacer el libro Fidel Castro. Biografía a dos voces (o Cien horas con Fidel), me invitó a acompañarlo durante días en diversos recorridos. Tanto por Cuba (Santiago, Holguín, La Habana) como por el extranjero (Ecuador). En coche, en avión, caminando, almorzando o cenando, conversamos largo. Sin grabadora. De todos los temas posibles, de las noticias del día, de sus experiencias pasadas y de sus preocupaciones presentes. Que yo reconstruía luego, de memoria, en mis cuadernos. Más tarde, durante tres años, nos vimos muy frecuentemente, al menos varios días, una vez al trimestre.


Descubrí así un Fidel íntimo. Casi tímido. Muy educado. Escuchando con atención a cada interlocutor. Siempre atento a los demás y, en particular, a sus colaboradores. Nunca le oí una palabra más alta que la otra. Nunca una orden. Con modales y gestos de una cortesía de antaño. Todo un caballero. Con un alto sentido del pundonor. Que vive, por lo que pude apreciar, de manera espartana. Mobiliario austero, comida sana y frugal. Modo de vida de monje-soldado.
Su jornada de trabajo se solía terminar a las seis o las siete de la madrugada, cuando despuntaba el día. Más de una vez interrumpió nuestra conversación a las dos o las tres de la madrugada porque aún debía participar en unas “reuniones importantes”… Dormía sólo cuatro horas, más, de vez en cuando, una o dos horas en cualquier momento del día.
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Pero era también un gran madrugador. E incansable. Viajes, desplazamientos, reuniones se encadenaban sin tregua. A un ritmo insólito. Sus asistentes –todos jóvenes y brillantes de unos 30 años– estaban, al final del día, exhaustos. Se dormían de pie. Agotados. Incapaces de seguir el ritmo de ese infatigable gigante.

Fidel reclamaba notas, informes, cables, noticias, estadísticas, resúmenes de emisiones de televisión o de radio, llamadas telefónicas... No paraba de pensar, de cavilar. Siempre alerta, siempre en acción, siempre a la cabeza de un pequeño Estado mayor –el que constituían sus asistentes y ayudantes– librando una batalla nueva. Siempre con ideas. Pensando lo impensable. Imaginando lo inimaginable. Con un atrevimiento mental espectacular.
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Una vez definido un proyecto, ningún obstáculo lo detenía. Su realización iba de si. “La intendencia seguirá” decía Napoleón. Fidel igual. Su entusiasmo arrastraba la adhesión. Levantaba las voluntades. Como un fenómeno casi de magia, se veían las ideas materializarse, hacerse hechos palpables, cosas, acontecimientos.
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Su capacidad retórica, tantas veces descrita, era prodigiosa. Fenomenal. No hablo de sus discursos públicos, bien conocidos. Sino de una simple conversación de sobremesa. Fidel era un torrente de palabras. Una avalancha. Que acompañaba la prodigiosa gestualidad de sus finas manos.
Le gustaba la precisión, la exactitud, la puntualidad. Con él, nada de aproximaciones. Una memoria portentosa, de una precisión insólita. Apabullante. Tan rica que hasta parecía a veces impedirle pensar de manera sintética. Su pensamiento era arborescente. Todo se encadenaba. Todo tenía que ver con todo. Digresiones constantes. Paréntesis permanentes. El desarrollo de un tema le conducía, por asociación, por recuerdo de tal detalle, de tal situación o de tal personaje, a evocar un tema paralelo, y otro, y otro, y otro. Alejándose así del tema central. A tal punto que el interlocutor temía, un instante, que hubiese perdido el hilo. Pero desandaba luego lo andado, y volvía a retomar, con sorprendente soltura, la idea principal.


 En ningún momento, a lo largo de más de cien horas de conversaciones, Fidel puso un límite cualquiera a las cuestiones a abordar. Como intelectual que era, y de un calibre considerable, no le temía al debate. Al contrario, lo requería, lo estimulaba. Siempre dispuesto a litigar con quien sea. Con mucho respeto hacia el otro. Con mucho cuidado. Y era un discutidor y un polemista temible. Con argumentos a espuertas. A quien solo repugnaban la mala fe y el odio.
IGNACIO RAMONET
Fuente:

domingo, 20 de noviembre de 2016

CAMBIO CLIMÁTICO:ACUERDOS DE PARÍS.INFOGRAFÍAS


CAMBIO CLIMÁTICO:ACUERDOS DE PARÍS.INFOGRAFÍAS

El Acuerdo de París es un acuerdo dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a través de la mitigaciónadaptación y resiliencia de los ecosistemas a efectos del Calentamiento Global, su aplicabilidad sería para el año 2020, cuando finaliza la vigencia del Protocolo de Kioto. El acuerdo fue negociado durante la XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP 21) por los 195 países miembros, adoptado el 12 de diciembre de 2015 y abierto para firma el 22 de abril de 2016 para celebrar el Día de la Tierra.
FUENTE: Wikipedia
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martes, 15 de noviembre de 2016

9 viajes virtuales que el profesor puede realizar en el aula (III)





9 viajes virtuales que el profesor puede realizar en el aula (III)


Autora del trabajo:
Meritxell Viñas, asesora y formadora en nuevas tecnologías aplicadas a la educación. Consultora 
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1. Islas Galápagos: Un viaje virtual de la mano de la NASA via Wikimedia Commons. Los volcanes situados al oeste de las islas todavía hoy exhiben erupciones periódicas.
2. BBC: El Cuerpo humano y la mente. Esta página es un recurso estupendo para descubrir virtualmente todo sobre el cuerpo humano y encontrar divertidos juegos interactivos. Los juegos incluyen el reto de los sentidos, el juego de los órganos, el juego de los músculos, el juego del sistema nervioso y la pubertad. Los juegos están diseñados de forma increíble en la que debes poner una parte del cuerpo dentro de una figura humana.
3. VisibleBoby es sin duda el mejor viaje virtual en 3D por la anatomía humana pero desafortunadamente no es gratuito aunque incluye una demo gratuita y el precio de suscripción para centros es muy razonable. Dispone de más de 2.400 estructuras anatómicas incluyendo los principales órganos y sistemas del cuerpo humano masculino y femenino. De hecho se utiliza por estudiantes de Medicina y consultas médicas. (Gracias a educación tecnológica por esta nueva aportación).
4. Hundimiento del Titanic en 3D: Con motivo del centenario del hundimiento del Titanic, Google ha creado un viaje virtual en 3D del más famoso barco del mundo para que puedas explorarlo con tus alumnos en el aula. Lo único que tienes que hacer es descargar Google Earth y escribir “Titanic” en su buscador. En este videopuedes ver su contenido educativo. Encontrarás más recursos sobre el Titanic en: http://www.noaa.gov/titanic/ yhttp://channel.nationalgeographic.com/channel/titanic/.
5. Google Mars es una aplicación con la misma tecnología que Google Mapas pero dedicada en exclusiva al planeta Marte . Se puede ver información sobre la altura a través de un mapa de colores, imágenes reales tomadas en el espectro visible e imágenes captadas por infrarojos que nos indican las áreas más cálidas y las más frías según la luminosidad.
6. Visita virtual por Salamanca: En este recorrido por una de las ciudades más bonitas de España, puedes conocer los siguientes atractivos históricos y educativos: Plaza Anaya, Plaza Mayor, Puente Romano, la Universidad, la Catedral Nueva o la Catedral Vieja. Se pueden ver las fotos con gran detalle ya que a través del ratón se puede aumentar la imagen con el zoom.
7. Google Art Project: Es un museo virtual gratuito online que mencionamos anteriormente, pero que recientemente ha extendido su colección. Ahora incluye más de 30.000 obras de arte de 151 museos de 40 países, entre ellos España, Méjico, Argentina, Colombia y Perú. Entre ellos se encuentran el Museo Reina Sofía, el Thyssen-Bornemisza, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Instituto Moderno de Valencia y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires y el Museo de Arte de Lima
8. La Casa Blanca (The WhiteHouse): Google Art Project incorporaba en su extensión una visita virtual de la Casa Blanca. Tus alumnos pueden pasear por el famoso edificio y examinar retratos de Washington, Lincoln y Kennedy. Sin abandonar el aula, se puede disfrutar de la belleza de sus habitaciones y hablar de su importancia en la historia
9. Exposición Goya, luces y sombras: Se trata de una gran exposición del creador aragonés organizada por el Museo del Prado y la Obra Social “la Caixa”. Nos permite estudiar a través de la pizarra digital el momento histórico en que se pintaron los cuadros y analizar los detalles artísticos.