No ha sido una huelga. Kechu Aramburu. Debate sobre la Huelga del 14.N
No ha sido una huelga, ha sido una hazaña, ha sido un acto heroico, de objetivos minimalistas, vinculado a la ética de la responsabilidad. Con todos los elementos en contra, con amigos y enemigos en contra, con la mayoría de la prensa en contra, el gobierno en contra, la derecha en contra, el centro en contra; los empresarios en contra, algunos sindicatos en contra, el desapego a la representación sindical en contra; las economías familiares en contra, el miedo en contra, la ceguera de no querer ver la realidad en contra, con el pesimismo en contra. Con la retórica de que las huelgas no sirven para nada en contra, con el latiguillo de que el país no está para huelgas en contra, con la excusa del hartazgo de la cosa política y los políticos en contra, con el sibilino lobby creado tajo a tajo de mentiras inventadas e interesadas en contra. Con el argumentario de la troika que ha traducido Rajoy al castellano, y que se han aprendido con muchísima facilidad, quienes teorizan los efectos nocivos de una huelga, con estos que no son pocos también en contra. Y cuidado con las misiones olvido, porque todo lo que no avanza empeora, y aquí no hay más motores que los que andan.
Alguien documentado puede afirmar que las
conquistas de derechos que poseen los que no van a las huelgas, no están
construidos de movilizaciones, y requetehuelgas con costes para quienes las
hacen, y privilegios para quienes las ven hacer.
No hay sermones, ni púlpitos, ni
reproches, hay una profunda amargura, por ver cómo nos están arrebatando trozo
a trozo la vida, mientras nosotros nos dedicamos a coleccionar excusas, instalados en
la cultura del victimismo, del
derrotismo, en la disuasoria práctica del avestruz, de pensar que Bertolt Brecht sólo era un poeta.
Estamos obligados a responder, por
responsabilidad con nuestros hijos y con nuestros padres, por responsabilidad
con los suicidios tangibles y con los anónimos, por responsabilidad con quienes
ya no pueden más, por responsabilidad con nuestra propia dignidad, para tener
la autoridad de tener hechos los deberes ciudadanos y poder pedir cuando lo
necesites. Hay que recordar siempre las barbas del vecino, como antídoto contra
la desidia y la abulia intelectual y emocional,
y sobre todo saber que el virus del
egoísmo personal tiene efectos
devastadores.
Por eso
la riqueza de un pueblo no es ni su oro ni su plata, sino la capacidad
de dar repuesta.
Kechu Aramburu.
Publicado el 15 de noviembre de 2012 en El Correo de Andalucía.
Fuente:
http://elrincondekechu.blogspot.com.es/
El Abrazo. Juan Genovés.
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http://elrincondekechu.blogspot.com.es/
El Abrazo. Juan Genovés.
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