Debates en la España de Hoy. La LOMCE.
La Religión en la Ley.
La religión como asignatura: clara mayoría en contra. El País 26/5/2013
Una cosa es retocar y actualizar las leyes y las instituciones para
compensar el desgaste debido al transcurso del tiempo o al cambio de las
circunstancias, y otra muy distinta hacerlo para tratar de alinearlas
más plenamente con los exclusivos principios y posicionamientos
ideológicos del partido gobernante de turno. De esto último, los
españoles, con independencia de su orientación política, llevan tiempo
ya dando claras muestras de hartazgo. Y, de hecho, a este pertinazmente
cíclico ardor reformatorio achacan no pocos de nuestros males. Por
ejemplo, ahora y en el caso de la educación, nuestra ciudadanía, de
forma prácticamente unánime (86%), concluye que su calidad solo podrá
mejorar cuando, de una vez, los partidos sean capaces de llegar a un
gran y duradero acuerdo de fondo en vez de intentar reformarla, cada uno
por su cuenta y a su manera, en cuanto alcanzan el poder. En otras
palabras, para el español medio, el problema ya no parece ser tanto la
seria dolencia que sin duda aqueja a nuestro sistema educativo cuanto el
continuo relevo de cirujanos que operan con criterios y diagnósticos
divergentes —y aun contradictorios— a un paciente cada vez más maltrecho
y exangüe.
Si difícil resulta, a partir de los datos de opinión disponibles,
afirmar que la planeada reforma de la vigente ley sobre despenalización
del aborto responde no ya a un clamor, sino siquiera a una petición
relativamente mayoritaria de la ciudadanía, más difícil aún resulta
justificar la pretensión de que, en la enseñanza pública, la religión
constituya una asignatura cuya nota cuente (a efectos de medias totales e
incluso de solicitud de becas) lo mismo que cualquier otra materia del
correspondiente plan de estudios.
La realidad es más bien que sobre esta propuesta del proyecto de Ley
Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) existe en
nuestra sociedad un claro rechazo mayoritario (70% frente a 27%). Este
rechazo es masivo (84%) entre los votantes del PSOE, pero lo expresa
también la mitad (48%) de los votantes del PP; y es también ampliamente
mayoritario entre los católicos poco practicantes (60%), entre los
católicos no practicantes (77%) y entre los no creyentes (91%). Tan solo
entre la reducida fracción de españoles que se definen como católicos
practicantes (y que representan el 17% de toda nuestra población adulta)
son mayoría (61%) quienes están de acuerdo con esta medida. Y aun así,
entre ellos, un nada despreciable 33% se muestra en contra.
Esta pretensión del proyecto de ley solo cumple, pues, los deseos de
uno de cada cuatro españoles; sin embargo, parece responder plenamente a
las presiones que la jerarquía de la Iglesia católica española ejerce
sobre el actual Gobierno más que a consideraciones de orden educativo o
académico: o al menos así lo percibe el 64% de nuestra ciudadanía, y
también, y significativamente, el 44% de los votantes populares, el 56%
de los católicos poco practicantes y el 66% de los no practicantes; e,
incluso, el 37% de los propios católicos practicantes.
En todo caso, y si finalmente la religión se introduce como
asignatura en los términos que establece el proyecto de la LOMCE, la
ciudadanía se muestra partidaria, de forma clara, de que los profesores
que deban impartirla sean designados por el Estado, no por la Iglesia (y
es de resaltar que, en esta cuestión, se presenten divididas las
opiniones de los propios católicos practicantes).
En conjunto, estos datos invitan a concluir que incluso una
importante fracción de los católicos practicantes (además de una clara
mayoría de los católicos más tibios) no acaba de tener claro que
convertir el mensaje evangélico en asignatura escolar sea el mejor modo
de dignificarlo y de contribuir a su pervivencia y vigencia. Nuestra
sociedad sigue carente de una reflexión serena y sinceramente compartida
por no creyentes y creyentes (y de todas las religiones) sobre el modo
de integrar el conocimiento y comprensión del hecho religioso en la
enseñanza escolar. Debería estar ya fuera de discusión que, en una
democracia pluralista, la religión no puede ser objeto en las aulas ni
de descalificaciones fáciles o ligeras ni de adoctrinamientos o
proselitismos (cuyo éxito pueda ser, además, académicamente puntuable).
José Juan Toharia
FUENTE:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/25/actualidad/1369507000_919078.html
Otras páginas y artículos...
Otras páginas y artículos...
http://www.eldiario.es/sociedad/funciona-asignatura-Religion-escuela-publica_0_54594547.html
http://www.navarraconfidencial.com/2013/05/27/el-debate-sobre-la-clase-de-religion/comment-page-1/
http://www.aleteia.org/es/politica/noticias/la-clase-de-religion-no-es-ni-quiere-ser-catequesis-1560001
http://blogs.elpais.com/cuestion-de-fe/2013/05/clases-de-religion.html
http://193.145.251.109/religion/Apuntate.swf
http://www.navarraconfidencial.com/2013/05/27/el-debate-sobre-la-clase-de-religion/comment-page-1/
http://www.aleteia.org/es/politica/noticias/la-clase-de-religion-no-es-ni-quiere-ser-catequesis-1560001
http://blogs.elpais.com/cuestion-de-fe/2013/05/clases-de-religion.html
http://193.145.251.109/religion/Apuntate.swf
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