11 de Febrero de 1873.
Primera República Española
El primer intento republicano en la Historia de España tuvo lugar en
el siglo XIX, concretamente entre los años 1873 y 1874. Fue una
experiencia corta, de tan sólo once meses de duración, y caracterizada
por una fortísima tensión política y social. Hasta tal punto es así, que
en el poco tiempo que duró la República, se sucedieron cuatro
presidentes diferentes. Por otra parte, también hay que decir que
durante este tiempo se redactó la Constitución más avanzada de las que
se habían venido elaborando en España hasta entonces.
Los antecedentes de la I República tenemos que situarlos en el final
del reinado de Isabel II, en 1868. El vacío de poder que provocó el
derrocamiento de la soberana lanzó, por primera vez en España, la idea
de una República, visto el desgaste de la monarquía en aquellos
instantes. Sin embargo, el hueco de la jefatura del Estado fue ocupado,
momentáneamente, por el rey italiano Amadeo I. El fracaso de su gestión
provocó, en 1873, la actuación de los líderes más izquierdistas para
proclamar la I República Española
.
Los cuatro presidentes que ocuparon la jefatura del Estado durante
este período fueron Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nicolás
Salmerón y Emilio Castelar. Apenas unos pocos meses duraron cada uno de
ellos en este cargo, lo que demuestra la gran inestabilidad política
que ya se ha comentado con anterioridad.
Sin embargo, se lograron algunos avances, como fue la redacción de la
Constitución de 1873. Antes de nada, hay que comentar que la vigencia
de la misma fue escasa (el mismo tiempo que duró la República), pero es
importante destacar algunos de sus puntos fuertes. Es el caso, por
ejemplo, de la libertad religiosa. España, país tradicionalmente
católico, vivía en aquellos momentos un importante aperturismo en esta
materia, tan delicada de tratar. De hecho, hasta el momento, pocos se
cuestionaban el Catolicismo, aunque ya se habían producido hechos como
la desamortización de los bienes eclesiásticos, dictada por Mendizábal
décadas atrás. Esta cuestión no tenía por qué afectar a la fe; pero la
de la libertad religiosa era más peliaguda. De esta manera, la Santa
Sede rompió sus relaciones diplomáticas con España, en protesta a la
decisión ejecutada por la República.
La Constitución de 1873 también puso en marcha otros puntos
políticos, como la separación de poderes (ejecutivo, legislativo y
judicial), a los que se añadía uno nuevo: la relación entre los poderes,
ejercido por el presidente de la República. También aparecía, por
primera vez, el concepto de “Soberanía Popular”. Hasta el momento, se
había reconocido en diferentes textos constitucionales la “Soberanía
Nacional”. Pero no se había llegado a dar ese paso primordial para el
pueblo
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