jueves, 12 de mayo de 2016

Los nadies. Eduardo Galeano


                     Los nadies. Eduardo Galeano

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer,
ni hoy, ni mañana, ni nunca,
ni en llovizna cae del cielo la buena suerte.


Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneros,
corriendo la liebre, muriendo la vida,
jodidos los nadies, jodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no practican religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no aplican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.



Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.



Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los nada,
los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.



Los nadies: los hijos de nadie...
Los nadies: los dueños de nada,
jodidos, jodidos, jodidos, jodidos...



VERGÜENZA.Rosa Montero. LOS SAHARAHUIS, Son 125.000 y llevan 40 años en tiendas de refugiados.





VERGÜENZA.Rosa Montero

Son 125.000 y llevan 40 años en tiendas de refugiados.
La muerte del saharaui Brahim Saika reaviva una lucha olvidada.

EN el pozo más profundo de nuestro olvido. Ahí es donde están los saharauis. Ahora leo que el 15 de abril murió en un hospital de Agadir (Marruecos)el sindicalista saharaui Brahim Saika, de 32 años.
Brahim fue detenido el 1 de abril cuando salía de su casa para participar en una manifestación pacífica. “Fue llevado a la comisaría de Gulemin, donde le torturaron durante horas”, informa la delegación saharaui en España. Brahim decidió entonces comenzar una huelga de hambre para protestar por el maltrato. Supongo que lo habían dejado en muy mal estado, porque tan sólo cinco días después ya se encontraba tan grave que fue trasladado al hospital. 


Joven y fuerte, murió a una velocidad inusitada, y al parecer las autoridades se negaron a hacerle la autopsia. Escribo este artículo a los cuatro días de su defunción, y por ahora la noticia apenas ha salido en los medios de comunicación, sólo en algunos digitales. Imagino al pobre Brahim recurriendo a la única, extrema arma de lucha que le quedaba, la muerte por inanición, a la espera de que ese último grito de angustia y de denuncia fuera al fin escuchado. Pero ni siquiera su agonía consiguió alcanzarnos.

Ahora es a mí a quien me dan ganas de gritar mientras escribo esto, porque los saharauis también se me habían casi borrado de la memoria; y eso que he estado un par de veces en los campamentos de refugiados, y que siempre me he sentido muy próxima a su causa, y que en total habré escrito una veintena de reportajes y artículos sobre ellos.
Pero los años pasan como una lluvia de plomo, y la implacable política marroquí de represión y aplastamiento, junto con la atroz indiferencia de la comunidad internacional, han conseguido enterrar en vida a este pequeño, heroico, tenaz pueblo. Y lo peor es que la indiferencia no es sólo de los Gobiernos, sino también de las organizaciones supuestamente progresistas, porque de los palestinos se habla mucho, pero de los pobres saharauis nadie dice nada, aunque su situación sea aún más crítica. Pero, claro, son un puñado de gente sin petróleo ni interés geoestratégico. A nadie parece importarle su sufrimiento.

Vergüenza. Siento vergüenza personal por mi desmemoria, pero, sobre todo, siento una infinita vergüenza colectiva, porque España es la culpable de este drama. Durante casi cien años les colonizamos de manera indolente: en todo ese tiempo sólo hubo un saharaui que llegara a la universidad (se hizo médico). A mediados de 1975 les prometimos la independencia, y los inocentes saharauis se lo creyeron. Tres meses más tarde, el 14 de noviembre, se firmó en Madrid un acuerdo que dividía el Sáhara entre Marruecos y Mauritania: “Nos traicionaron y vendieron como ovejas”. Los españoles nos retiramos a todo correr y Marruecos invadió el Sáhara de manera brutal. Todas las personas que pudieron, hombres y mujeres, niños y viejos, huyeron a través del desierto sin víveres y con lo puesto, mientras los marroquíes los bombardeaban con napalm. En las primeras semanas llegaron a morir miles de niños 
por las enfermedades y el hambre. 
Por fin, Argelia les ofreció instalarse en la Hamada, que es el desierto más inhóspito del mundo, un infierno de piedra en donde sólo viven escorpiones y víboras. Y ahí están todavía.
Son unos 125.000 y llevan 40 años en tiendas provisionales de refugiados. Sensatos, pacíficos y estoicos, lo han intentado todo sin recurrir al terrorismo, y nosotros se lo premiamos así: con olímpica ignorancia de sus derechos y de su dolor. Marruecos ha incumplido una y otra vez las resoluciones de la ONU y ha cometido todo tipo de tropelías, pero España sigue besándose con ese monarca alauí al que tanto quiere nuestra Corona. Y no sólo no hemos defendido jamás a los saharauis, sino que además hemos sido el principal proveedor de armas a Marruecos, de esas armas con las que después los aniquilan. No quiero ni pensar en la desesperación que deben de sentir los refugiados, en su negro convencimiento de que no hay salida: “Marruecos nos está matando a fuego lento”. Puede que algún día todo ese sufrimiento se transmute en violencia terrorista y entonces les condenaremos y nos frotaremos las manos. Convertidos en malos, se acabó la culpa

FUENTE:


ARTÍCULO CON EL MISMO TÍTULO DE ROOSA MONTERO sobre el PUEBLO SAHARAUI. 19/5/2'014. EL PAÍS

lunes, 9 de mayo de 2016

Las semillas de Taraba. Gustavo Duch .La herencia de los hoy refugiados del Oriente próximo.








Las semillas de Taraba


«Escúchenme, me llamo Fátima, nacida en Taraba, un pequeño pueblo a unos 100 kilómetros al sur de Damasco, la capital de Siria.»
«Después de 4 años de sequías, nuestras tierras dejaron de parir y nuestro ganado murió, así que toda la familia tuvimos que partir hacia la ciudad de Daraa, en la ruta que lleva al mar. Al poco de llegar, en el 2011, estalló una revuelta que dicen que fue el inicio de la guerra. En nuestro barrio no pudimos permanecer durante muchas semanas pero tuvimos suerte porque unos parientes de Damasco nos acogieron.
«Pero miren, la guerra no acaba y yo he llegado hasta aquí y no les voy a contar todo lo que pasé. Solo les digo que toda mi familia murió. Nos han asesinado, entre las balas, las olas y la indiferencia. Así es que nos han muerto.

«Pero no saben nada, ustedes, son verdaderos ignorantes.»
Y Fátima, con unos ojos exactos a los granos verdes y ahusados de la cebada, con su pañuelo cubriendo el pelo, continuó.
«Soy una de Ellas, la saga de mujeres más antigua del mundo. Mi madre me lo explicó, su abuela se lo explicó, y así cuenten, cuenten con detenimiento, porque fueron por miles de generaciones que sabemos quienes somos.
«Somos Ellas.
«Porque fue cerca de Taraba, como explican los libros de historia que ahora aquí en Europa ya no recuerdan, que hace 10 mil años o más que una mujer como yo decidió no caminar más, no acarrear más su vida y la de los suyos. Ya tenían algunas cabras cuando tomó varios de los granos recolectados y siguiendo una fuerza interior, un presentimiento, decidió hundirlas en la tierra. Los cubrió con más tierra mezclada con restos de harinas de sus comidas que después, con sus propio lloro, apelmazó. Sabía que sucedería, así que con serenidad decidió esperar.
«Escúchenme porque ésta es la historia de ustedes. Y si acaba, acabará.
«Allí mejoraron sus chozas, allí crecieron varias generaciones más. Y siempre las mujeres de mi familia tuvieron cuidado de aquellos granos. Algunas de Ellas salieron a fundar nuevas aldeas llevando las semillas, que llorándolas germinaron libres. Y por siglos, con Ellas, las semillas de Taraba cruzaron montañas, avanzaron por el desierto, saltaron de isla en isla el mar.
«Escúchenme porque bien se sabe, pero ustedes lo silencian, que fueron estas mujeres migrantes las que llevaron las semillas hasta aquí, hasta esta Europa hoy sobrealimentada pero tan cobarde.
«Su alimento, sus campos cultivados son porque a Ellas entonces nadie las detuvo. No pusieron alambres en su camino, no tenían vallas que saltar, ni bombas que esquivar. ¿Lo saben? Yo creo que no.»
Y quienes allí la escuchaban pudieron presenciar como Fátima, junto a la orilla de la playa, tomo una semilla de su bolsillo, la dejó caer y al mismo tiempo que la primera ola la tomaba en sus brazos, un lágrima verde de sus ojos cayó sobre ella.
Solo unos instantes después millones de personas que aguardaban en las costas de Marruecos, Túnez, Egipto, Palestina, Libia, Turquía, Argelia, Siria, Líbano… pudieron entonces avanzar apaciblemente hacia el Norte por una ruta segura, cómoda y con alimentos.
El Mar se había convertido en un inmenso campo de cebada.
 FUENTE:

Gustavo Duch
Veterinario y escritor Catalan, participa en el Consejo Científico de ATTAC. España . Publica en El Periódico de Catalunya, Público, La Jornada de México, Galicia Hoxe y El Correo Vasco.



viernes, 6 de mayo de 2016

¿Qué es el TTIP?. INFORME de Amigos de la Tierra



¿Qué es el TTIP?


El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) es un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos que pretende equiparar las normativas a ambos lados del océano.
En pocas palabras, es el nuevo caballo de troya. La Comisión Europea, el Gobierno Estadounidense y las grandes empresas están vendiéndonos el acuerdo como el antídoto definitivo contra la crisis. Sin embargo están ocultando una pérdida de derechos sin precedentes.
¿Qué implica?
Una rebaja aún mayor de derechos y más privatizaciones para la ciudadanía europea. Quieren eliminar las barreras al comercio para crear un gran mercado que beneficie a las grandes empresas. Pero estas barreras regulan y protegen nuestros derechos sociales y ambientales.
¿Cómo se está negociando?
En completo secreto. Desde junio de 2013, la Comisión Europea, el Gobierno estadounidense y los grandes lobbies empresariales se reúnen a espaldas de la sociedad para negociar las condiciones del tratado.
¿Cómo te va a afectar?
  • Aumentarán los recortes en derechos laborales. En EEUU los convenios de la Organización Internacional del Trabajo ni siquiera están reconocidos.
  • La privatización de los servicios públicos irá a más y contará con muchísimas más facilidades: sanidad, educación, agua…
  • Las grandes empresas contarán con más privilegios. Si en algún momento operan en la UE y consideran que su rentabilidad no era la esperada, tendrán la capacidad de demandar a los Estados exigiendo indemnizaciones millonarias, por supuesto, procederán de dinero público.
  • Alimentos, medicamentos y otros productos no se someterán a los controles actuales. Comeremos alimentos con transgénicos, hormonas, cloro y un largo etcétera sin saberlo.
  • El fracking tendrá vía libre. Esta técnica para extraer gas, tan dañina para la salud y el medio ambiente, se implantará con gran facilidad. Además importaremos este gas desde EEUU, lo que pondrá en riesgo los objetivos de la UE para frenar el cambio climático.
¿Podemos pararlo?
, lo tenemos muy claro. Tenemos tiempo, pero necesitamos movilizarnos.
Sobran los argumentos para decir NO al TTIP. Dependemos de nuestro medio ambiente, del aire limpio que respiramos, de la biodiversidad que nos alimenta y depura nuestra agua. No podemos alimentarnos de petróleo, de aguas contaminadas, ni de CO2. Tampoco del dinero que amasan las grandes empresas que en ambos continentes están presionando para que los gobiernos destruyan los medios de vida de los ciudadanos.
FUENTE: Web con diversa información...

miércoles, 4 de mayo de 2016

Siete cortometrajes sobre personas refugiadas

Siete cortometrajes sobre personas refugiadas

  educadores en derechos humanos

Los vídeos y cortometrajes pueden ser muy útiles para ayudar a “romper el hielo” a profesionales de la enseñanza, educadores, facilitadores y a cualquier persona que desee saber más sobre los derechos humanos. A continuación les ofrecemos una lista de siete vídeos, de entre 1 y 16 minutos de duración, sobre la realidad de la vida de las personas refugiadas. Todos ellos están disponibles gratuitamente y cuentan con la recomendación de la Red de Educación en Derechos Humanos de Amnistía Internacional.


FUENTE:


People of nowhere

Lior Sperandeo, director de la serie formada por People of MumbaiPeople of Nepal y People of Senegal, examina en People of nowhere las consecuencias humanas del conflicto sirio y de los consiguientes desplazamientos de población. Este vídeo reúne imágenes de las personas a las que conoció en Lesbos y varias escenas filmadas en la isla griega.

Director: Lior Spereando
2015 / 1:58 

Ali's story (Seeking Refuge)

La galardonada serie Seeking Refuge (En busca de refugio) consta de breves documentales animados que se centran en las penalidades que sufren los niños y niñas refugiadas y en su adaptación a un nuevo país. Esta historia, narrada desde la perspectiva de un niño de 10 años, cuenta el caso de Alí, un pequeño que se ve separado de su familia al huir de la guerra.

Aquí podrán ver la serie completa de Seeking Refuge, que trata casos reales de jóvenes huidos de sus países de origen.

Director: Andy Glynne and Salvador Maldonado (BBC)
2012 / 3:25

Then I came by boat

En el galardonado cortometraje documental Then I came by boat, Tri Nguyen cuenta cómo, siendo un niño, huyó de Vietnam para escapar de los estragos de la guerra y cruzó el océano en una barca de madera para llegar a Australia, donde fue acogido como refugiado.

Director: Marleena Forward
2014 / 10:18 

Malak and the boat

Malak and the boat es la primera animación de la serie Unfairy Tales, publicada con ocasión del lanzamiento de la campaña global de UNICEF sobre la crisis de personas refugiadas de Siria. Centra su atención en las víctimas más jóvenes del conflicto sirio y en el relato de cómo escaparon de la guerra. En este vídeo, Malak, de siete años, narra su travesía del Mediterráneo a bordo de una embarcación ligera.

Director: Andre Holzmeister (UNICEF)
2016 / 1:16

Life on hold

El cortometraje Life on hold muestra la vida cotidiana de Omar, un joven somalí de 17 años que vive en un campo de refugiados situado en la frontera de Túnez. Cuando estalló la guerra en 2011, miles de personas refugiadas procedentes de Somalia, Sudán y Eritrea que vivían en Libia o atravesaban el país rumbo a otro destino se vieron obligadas a buscar refugio en los países vecinos. Hoy, ante la falta de alternativas, aguardan en campos de refugiados en las fronteras de Túnez y Egipto.

Director: Nick Francis and Marc Silver (Amnesty International)
2012 / 6:53
Rain is Beautiful

Rain is beautiful

Rain is beautiful retoma la historia de Omar donde la dejó Life on hold. Narra cómo Omar deja el campo de refugiados de Choucha, en la frontera con Túnez, y vuela a Suecia para comenzar una nueva vida. Este breve documental muestra la llegada del joven al aeropuerto y sus primeros pasos para reasentarse en el país.

Director: Nick Francis and Marc Silver (Amnesty International)
2012 / 7:53 

When you don't exist

When you don't exist es un cortometraje que imagina una situación hipotética en la que los flujos migratorios se invierten con respecto a la percepción más extendida en Europa: una serie de violentos disturbios hace que muchas personas abandonen Europa de forma masiva y se dirijan a África, donde las autoridades las retienen contra su voluntad y las encierran en campos de refugiados.

When you don’t exist forma parte de la campaña de Amnistía Internacional en favor de los derechos humanos de las personas migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo en Europa y en sus fronteras.

Director: Jon Drever (Amnesty International)